jueves, 1 de marzo de 2018

¿Scooby doo ... pa pa?

A lo largo de mi corta existencia me ha tocado oír y ver diversos grupos musicales y solistas y, para ser honestos mis gustos musicales son muy amplios y a veces hasta considerados opuestos, pero les aseguro que muchos de ustedes compartirán conmigo que Elvis Presley era muy bueno, que los Beatles tenían canciones que le imprimían ritmo a nuestros pies con moverlos sin llegar bailar, que Enrique Guzmán, Alberto Vázquez, César Costa, Angélica María y todos estos son los eternos enamorados, que los hombres G, eran de rigurosa presencia en algunas épocas escolares, que Coda con su “Auuún te aaamo…” era para los súper melosos … y no tanto… bueno hasta yo la cantaba que chingados ¿no?  —jajaja— que existen titanes como Scorpions, Queen, AC/DC, Metallica, Megadeth, Chuck Berry, Cafetacuba, Panteón Rococo, Gorillaz, y bueno, muchos más.



Pero hoy, hoy mis hermanos nos colgamos un listón negro, pues somos testigos de cómo ese bello arte de hacer música ha sido brutalmente masacrado, corrompido, escupido y hasta prostituido con los pseudo artistas más  lacras diría Alex Lora, y no diré que en mis años recorridos no ha habido también aberraciones musicales, claro que no, eso sería mentirles, pero si estoy seguro que nada, ¡NADA! se compara con la ridiculez del fenómeno auditivo scooby doo pa pa, y es que no viene solo, no, viene acompañado de un bailecito que pareciera que la pobre alma en pena que lo interprete se encuentra próxima a ser una víctima de un ataque de convulsiones.

A mí en lo particular me gustaría comprender por qué este adefesio auditivo se ha vuelto tan viral, y quizás aún más me gustaría tratar de entender que motiva a la chaviza a realizar tan bufonesco baile.


Primero que nada pienso en el pobre personaje animado de Scooby doo, cómo después de ser el elemento más divertido del grupo resuelve-misterios terminó (al menos de nombre) en un baile tan gaznápiro, y les aseguro que ni por toda la caja de scooby galletas se hubiera rebajado a tanto.



Personalmente yo conocí a scooby doo más a la fuerza que por gusto, recuerdo que cuando yo era niño —apenas hace algunas primaveras, si como no— y estaba de vacaciones, bajaba las escaleras de puntillas para no despertar a nadie en la casa, caminaba hacia la sala y prendía la televisión, esperaba ansioso ver algo que me gustara, pero ¡ah¡ aparecía scooby doo, a mí no me gustaba, se me hacía muy tedioso, sus animación no me cautivaban ni me atrapaba lo suficiente como para dedicarle 30 minutos de mi vida; pero eso era todas las benditas vacaciones y durante muchos años —y creo que así era todos los días, lo que pasa es uno normalmente iba a la escuela y se pierde de cierta programación—, así que con el tiempo empecé a tomarle el gusto y hasta me termine encariñando del personaje animado, al grado que me parecieron atractivas las versiones que se hicieron con posterioridad, como “el cachorro scooby doo”, “scrapy y scooby doo”, “scooby doo y la carrera de los monstruos”, etc. Creo, después de lo anterior, entenderán porque en lo particular siento que están deformando algo que forma parte de mi infancia. Pero bueno, se está volviendo algo muy común últimamente.


Ahora bien, yo no se ustedes pero esta "cancioncita" me hace sentir como entre una patada en los blanquillos y una risa desmedida, pues ya ahora resulta que hasta los presentadores de diversos programas ya hasta la bailan. —¿Será que les darán una buena lana para hacerlo?—, —¿Será que la dignidad tiene precio?—, —¿Será que su dignidad no vale tanto?—, —¿Tendrán dignidad?—.


En mi más humilde opinión deberían de darle un muy bien merecido zape a todos aquellos que bailen y canten esta fregadera y romperle su celular a quienes la traigan dentro de su playlist; pero resulta que hay quienes consideran que mis métodos son muy poco ortodoxos —dicen, la verdad no lo creo—, así que lo dejaré en lo siguiente: vamos a creer que esta cancioncita es una moda, que es pasajero y se largara pronto —¡por favor!— así que tengamos respeto por el prójimo cuando estemos en la calle —y con nuestras familias—, uno nunca sabe si las personas que nos ven comparten nuestros ridículos gustos musicales o si son unos desquiciados como yo capaz de mucho.

Por último los invito a dejarme sus comentarios, me gustaría mucho leer y conocer sus opiniones. Gracias.



jueves, 15 de febrero de 2018

Bienvenidos

¡Hola que tal, bienvenida y bienvenido! De antemano te agradezco el tiempo que le dediques a la lectura de las líneas que con placer iré escribiendo en el siguiente blog.

Mi nombre es Pablo, soy abogado, filósofo, psicólogo frustrado, teólogo, crítico político, buen amigo, a veces borracho, lector y escritor, me encanta compartir mis opiniones y conocimientos y tengo el más grande deseo de decirte que el presente blog hablará sobre libros, cine, la ley del mentalismo, chicas, chicos y como enfrento el día a día en mi vida con un toque de humor y mi clásico actuar sarcástico; sin embargo, no es sólo eso. En realidad voy a hablarte de todo en cuanto pueda, ¿porqué? ... Porque quiero... y porque necesito hacerlo, verás, te voy a explicar.

¿Cuantas veces te ha pasado que vas en carro, bus, metro, suburbano (para mi es casi lo mismo) o estas en tu casa, la escuela, el trabajo, reunión familiar (benditas reuniones familiares) etc., y de repente alguien suelta un comentario  idioto (sí, escribí idioto, que tal si ofendo de más a alguien) que no te queda de otra mas que sonreír, fingir una risita incomoda, encogerte de hombros, voltear los ojos o simplemente darte la vuelta e irte? muchas ¿cierto?, y es que pareciera que en estos tiempos tan raros algunas personas o nuevas generaciones se están esforzando por ser más lerdos, por ser personas desafiantes a la coherencia y a la cordura, y que parecieran sentirse orgullosos de sus actuares o simplemente les vale si lo que dijeron es una reverenda...tarugada.

Y ¿qué hacemos la mayoría? ¡nos quedamos calladotes! y es que a muchos nos enseñaron desde chiquitos que es mejor callarnos por prudencia, ya que en alguien debía caber la misma; no obstante, existe un grupo reducido de héroes anónimos sin capa, que entran en nuestro rescate al callar al pelafustán o en el mejor de los casos hasta darle un muy bien merecido sape en la nuca. 


Bueno, ahí entro yo, busco alzar la voz, de ya no quedarme en las sombras de la "prudencia" y el silencio, de compartir "mi humilde opinión" sobre los quehaceres diarios o los gajes del oficio para generar buenos temas de conversación, opiniones públicas, criterios amplios, sátiras light y naturalmente tratando de acompañar a mis escritos, como lo dije en un principio, de un poco de humor... quizás sarcástico.

Sin nada más por el momento, quedo de ustedes reiretandoles mis agradecimientos por el tiempo que se hayan servido a darle a la a esta -espero- breve presentación.     





¿Scooby doo ... pa pa?

A lo largo de mi corta existencia me ha tocado oír y ver diversos grupos musicales y solistas y, para ser honestos mis gustos musicales son...