A lo largo de mi corta existencia me ha tocado oír y
ver diversos grupos musicales y solistas y, para ser honestos mis gustos
musicales son muy amplios y a veces hasta considerados opuestos, pero les
aseguro que muchos de ustedes compartirán conmigo que Elvis Presley era muy
bueno, que los Beatles tenían canciones que le imprimían ritmo a nuestros pies
con moverlos sin llegar bailar, que Enrique Guzmán, Alberto Vázquez, César
Costa, Angélica María y todos estos son los eternos enamorados, que los hombres
G, eran de rigurosa presencia en algunas épocas escolares, que Coda con su
“Auuún te aaamo…” era para los súper melosos … y no tanto… bueno hasta yo la
cantaba que chingados ¿no? —jajaja— que
existen titanes como Scorpions, Queen, AC/DC, Metallica, Megadeth, Chuck Berry,
Cafetacuba, Panteón Rococo, Gorillaz, y bueno, muchos más.
Pero hoy, hoy mis hermanos nos
colgamos un listón negro, pues somos testigos de cómo ese bello arte de hacer
música ha sido brutalmente masacrado, corrompido, escupido y hasta prostituido
con los pseudo artistas más lacras diría
Alex Lora, y no diré que en mis años recorridos no ha habido también
aberraciones musicales, claro que no, eso sería mentirles, pero si estoy seguro
que nada, ¡NADA! se compara con la ridiculez del fenómeno auditivo scooby doo
pa pa, y es que no viene solo, no, viene acompañado de un bailecito que pareciera que la pobre alma en pena que lo
interprete se encuentra próxima a ser una víctima de un ataque de convulsiones.
A mí en lo particular me gustaría
comprender por qué este adefesio auditivo se ha vuelto tan viral, y quizás aún
más me gustaría tratar de entender que motiva a la chaviza a realizar tan
bufonesco baile.
Primero
que nada pienso en el pobre personaje animado de Scooby doo, cómo después de
ser el elemento más divertido del grupo resuelve-misterios terminó (al menos de
nombre) en un baile tan gaznápiro, y les aseguro que ni por toda la caja de
scooby galletas se hubiera rebajado a tanto.
Personalmente yo conocí a scooby doo más a la fuerza
que por gusto, recuerdo que cuando yo era niño —apenas hace algunas primaveras,
si como no— y estaba de vacaciones, bajaba las escaleras de puntillas para no
despertar a nadie en la casa, caminaba hacia la sala y prendía la televisión,
esperaba ansioso ver algo que me gustara, pero ¡ah¡ aparecía scooby doo, a mí
no me gustaba, se me hacía muy tedioso, sus animación no me cautivaban ni me
atrapaba lo suficiente como para dedicarle 30 minutos de mi vida; pero eso era
todas las benditas vacaciones y durante muchos años —y creo que así era todos
los días, lo que pasa es uno normalmente iba a la escuela y se pierde de cierta
programación—, así que con el tiempo empecé a tomarle el gusto y hasta me termine
encariñando del personaje animado, al grado que me parecieron atractivas las
versiones que se hicieron con posterioridad, como “el cachorro scooby doo”,
“scrapy y scooby doo”, “scooby doo y la carrera de los monstruos”, etc. Creo,
después de lo anterior, entenderán porque en lo particular siento que están
deformando algo que forma parte de mi infancia. Pero bueno, se está volviendo
algo muy común últimamente.
Ahora bien, yo no se ustedes pero esta "cancioncita" me hace sentir como entre una patada en los blanquillos y una risa desmedida, pues ya ahora resulta que hasta los presentadores de diversos programas ya hasta la bailan. —¿Será que les darán una buena lana para hacerlo?—, —¿Será que la dignidad tiene precio?—, —¿Será que su dignidad no vale tanto?—, —¿Tendrán dignidad?—.
En mi más humilde opinión deberían de darle un muy bien merecido zape a todos aquellos que bailen y canten esta fregadera y romperle su celular a quienes la traigan dentro de su playlist; pero resulta que hay quienes consideran que mis métodos son muy poco ortodoxos —dicen, la verdad no lo creo—, así que lo dejaré en lo siguiente: vamos a creer que esta cancioncita es una moda, que es pasajero y se largara pronto —¡por favor!— así que tengamos respeto por el prójimo cuando estemos en la calle —y con nuestras familias—, uno nunca sabe si las personas que nos ven comparten nuestros ridículos gustos musicales o si son unos desquiciados como yo capaz de mucho.
Por último los invito a dejarme sus comentarios, me gustaría mucho leer y conocer sus opiniones. Gracias.







